A partir de inicios de noviembre se ha observado una tendencia creciente en el número de casos de COVID-19.

Con la presencia de nuevas subvariantes de Ómicron, empieza en México la sexta ola de COVID-19. En la segunda semana de noviembre la probabilidad de contagiarse del virus era muy baja, de 0.09%; no obstante, desde entonces los casos comenzaron a aumentar y actualmente la probabilidad de que alguien se contagie es 6 veces mayor (0.55%). Hasta el momento se observa un comportamiento similar al de la quinta ola, la cual alcanzó una probabilidad máxima de contagio de 5.46% y de 0.0033% de fallecer.

El riesgo de fallecer ha disminuido considerablemente desde la tercera ola causada por la variante Delta. La vacunación, la inmunidad generada por contagios previos y la presencia de una variante menos letal (Ómicron) son las principales causas para esta disminución en el riesgo. Con la variante Delta, el riesgo de fallecer alcanzó su máximo con una probabilidad de 0.0643%. Con la llegada de Ómicron, se observó un virus que se transmite con mayor facilidad, lo cual elevó las probabilidades de contagiarse. Sin embargo, Ómicron es mucho menos letal que Delta y las probabilidades de fallecer bajaron a 0.0173% y 0.0033% durante la 4ta y 5ta ola, respectivamente. Dado que la sexta ola continúa siendo de una subvariante de Ómicron, se espera que el riesgo de fallecer se mantenga muy cercano a cero (hoy es de 0.0002%) y el riesgo de contagio aumente considerablemente en las próximas 4 semanas. Por lo tanto, en estas fiestas decembrinas se puede anticipar un crecimiento importante en el número de contagios y que la mortalidad se mantenga en niveles relativamente bajos. Los datos mostrados son para una persona promedio en México, aunque nunca está de más tomar sus precauciones, especialmente cuando se trata de personas de edad avanzada o con alguna condición de salud que los haga vulnerables a la enfermedad de COVID-19.