Con el fin de la quinta ola de Covid-19 en México, analizamos los cambios en mortalidad dada la aplicación de dosis de refuerzo hasta el momento.

A nivel nacional, el 69.3% de las dosis de refuerzo aplicadas son de la farmacéutica AstraZeneca (Reino Unido), el 9.5% de Sputnik V (Rusia), 9.2% de Moderna (EUA), 7.5% de Pfizer (EUA) y el 1.3% de CanSino (China).

El 76.1% de las personas que se pusieron vacuna de refuerzo, lo hicieron en febrero de 2022 o antes, por lo que ya cumplen 8 meses o más desde su última dosis. Esto indica que la inmunidad por vacunación está disminuyendo en la población mexicana. ¿Puede esto poner en riesgo la vida de los mexicanos?

La tasa de mortalidad se ha reducido considerablemente en 2022, particularmente durante la quinta ola. Durante la pandemia hemos observado que el grupo poblacional más vulnerable son los mayores de 60 años. Las personas no vacunadas entre 61 y 80 años vieron su tasa de mortalidad reducida de 11.6% a 1.7%, mientras que los mayores de 80 pasaron de 32.8% a 9.8%. Aunque los no vacunados muestran mucho menores tasas de mortalidad que antes, estas continúan por encima de la población vacunada.

 Los adultos entre 61 y 80 años vacunados con Sputnik V y que recibieron dosis de refuerzo de la misma farmacéutica tuvieron tasas de mortalidad de 0.3% durante la quinta ola, esto es 5.6 veces menor a la de no vacunados. 

En los mayores de 80, la mejor combinación también fue recibir todas las dosis de la farmacéutica rusa, en este caso la mortalidad durante la quinta ola fue de 3.8%, 2.5 veces menor que la de los no vacunados.

Para las personas menores de 60 años, las tasas de mortalidad ya son muy bajas. Si tomamos al grupo de mayor riesgo (41 a 60 años) podemos observar que incluso la tasa de mortalidad de no vacunados es de 0.2%. La cual ha tenido reducciones considerables, ya que al inicio de la pandemia el 11.9% de las personas contagiadas y reportadas de este grupo de edad, fallecían.