En México se trabajan cerca de dos jornadas laborales más que en Alemania. No obstante, el costo de reducir la jornada de 6 a 5 días representaría un 1.9% del PIB.

A mediados de marzo se presentó en el Congreso una propuesta para reformar los artículos 59 y 71 de la Ley Federal del Trabajo, en los cuales se plantea que la jornada de trabajo no pueda exceder las cuarenta horas y que los días de descanso semanal sean sábado y domingo. En otras palabras, la iniciativa busca reducir la jornada laboral de 6 a 5 días.

Como parte de la discusión de esta propuesta, se destaca que, entre los países de la OCDE, México es el que más horas trabaja a la semana, siendo en 2021 de 40.9 horas promedio semanales; es decir 7.9 horas más que el promedio de la OCDE y 15 horas más que el país que menos horas a la semana trabaja en promedio (Alemania).

Por su lado, en Latinoamérica, únicamente dos países cuentan con una jornada laboral de 40 horas semanales: Ecuador y Chile. Sin embargo, en el caso de Chile, no fue sino hasta la primera semana de abril del año en curso que se aprobó la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, implementándose de manera progresiva en un plazo de cinco años.

Si bien, la iniciativa busca mejorar las condiciones de los trabajadores, esta reforma representaría un costo económico significativo durante el periodo de transición y adaptación por parte de las empresas mexicanas a este nuevo esquema.

Esto se debe a que el costo del empleo aumentaría, puesto que se pagaría el mismo salario por menos horas trabajadas.

Considerando que en México hay alrededor de 24.6 millones de empleados en el sector formal de los cuales el 52% trabaja más de 5 días a la semana (sin contemplar horas extra), que el salario promedio diario publicado por el IMSS es de 523 pesos y que con la iniciativa se perderían 52 días laborales en el año, la reforma aumentaría el costo de contratación en 349.7 mil millones de pesos, lo que representa un 1.9% del PIB.

Un aspecto relevante por destacar es que, en México más de la mitad de la población ocupada trabaja en el sector informal, dicha población se ha reducido en sólo 1.8 puntos porcentuales entre el 4T-2018 y el 4T-2022. Adicionalmente, el ingreso promedio de un trabajador en situación de formalidad es de 9 mil pesos, mientras que el de una persona en el sector informal es de 4,500 pesos (aproximadamente la mitad del formal).

Por ello, es relevante impulsar políticas públicas que fomenten tanto mejores condiciones laborales para los trabajadores como una mayor formalización del empleo por parte de las empresas mexicanas.