A nivel mundial, se estima que el crecimiento anual de 2022 cierre en 3.0%, mientras que para el 2023 se espera que caiga a 2.2%.

A pesar de la reactivación económica internacional, generada por las vacunas contra la COVID-19 y la caída en las restricciones de distanciamiento y sanidad, se estima que el crecimiento global se mantenga moderado en la segunda mitad de 2022, antes de desacelerarse aún más en 2023.

La OCDE, en su reporte de Perspectivas Económicas publicado en septiembre de 2022, espera que el crecimiento anual global sea de 3.0% para el cierre de 2022. Países como Arabia Saudita e India sobresalen por sus altas expectativas de crecimiento.

El incremento en el precio del petróleo, derivado de las sanciones económicas impuestas en el comercio exterior de Rusia, benefició al resto de los países exportadores de petróleo, sobre todo a Arabia Saudita, que es el mayor exportador de petróleo crudo y concentra el 15.0% de las exportaciones globales. Por su parte, la rápida expansión de India refleja, en parte, las profundidades a las que había caído la economía durante los impactos más agudos de la pandemia, así como también refleja la naturaleza aislada de la economía de la India: ha evitado lo peor de la recesión mundial porque está impulsada más por la demanda local que por las exportaciones.

Otros países como Turquía, Alemania e Italia, que dependen en más del 20.0% de las exportaciones energéticas rusas, esperan caídas importantes en su crecimiento anual para el 2023. Esto debido a que el gas, el petróleo y la gasolina son insumos claves para la producción de bienes y la oferta de servicios.