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Mayo, máximo histórico en remesas

Los flujos de remesas alcanzaron un máximo histórico en mayo, pero tienen una disminución trimestral a medida que la economía estadounidense se debilita.

Los datos del Banco Mundial posicionaron a México como el segundo país (entre los países de ingresos medios y bajos) que más se benefició por el ingreso de remesas durante 2021 con más de 54 mil millones de dólares.

Desde 2014, las remesas mensuales recibidas en México han mantenido una tendencia creciente y en mayo de 2022 alcanzaron un nuevo máximo histórico al superar los 5 mil millones de dólares en un solo mes (un incremento del 14.3% respecto a la cifra del mayo del año anterior).

La mayor parte de las remesas provienen de los migrantes que residen en Estados Unidos, por lo que, ante una posible recesión o desaceleración económica en dicho país, surge la duda de cuáles serán los efectos sobre los ingresos registrados por remesas al territorio mexicano.

De acuerdo con los últimos datos observados para el crecimiento económico de Estados Unidos se puede observar que las remesas suelen moverse en la misma dirección que el PIB estadounidense. Al primer trimestre de 2022, el PIB estadounidense tuvo una caída del 1.6% mientras que el flujo de remesas provenientes de ese país disminuyó en 11.7%, ambas respecto al trimestre anterior.

Si bien durante el segundo trimestre de 2020 el PIB estadounidense sufrió una contracción del 31.20%, los datos indican que la recepción de remesas en México incrementó, para ese mismo periodo 6.0%. Algunos especialistas argumentaban que los estímulos fiscales que otorgó Estados Unidos podrían haber influido a ese resultado, no obstante, una investigación del Banco Mundial apunta que el incremento en las remesas registradas durante la crisis sanitaria de COVID-19 fue debido a que los migrantes formalizaron los medios por los cuales enviaban sus remesas al enfrentar restricciones de movilidad y no porque hayan tenido un incremento en sus ingresos.

Los efectos económicos remanentes de la pandemia, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el incremento en las tasas de interés son factores que desaceleran el crecimiento económico estadounidense y podrían perjudicar los flujos de remesas durante los próximos trimestres. Asimismo, otro factor relevante es la pérdida de poder adquisitivo que sufrirán los receptores de remesas debido a que las presiones inflacionarias se mantienen elevadas.