En México, la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (LIEPS) establece las cuotas aplicables a los combustibles; dichas cuotas representan un ingreso fiscal para el Gobierno Federal. En caso contrario, el estímulo a combustibles le representa un gasto y sus porcentajes son publicados a través de un Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) desde el 27 de diciembre de 2016.

Adicionalmente, a partir de abril de 2020, el precio del petróleo mostró una tendencia creciente al incrementar a una tasa anual promedio del 37.1%; por lo que, en consecuencia, el precio de los combustibles también aumentó. Ante este panorama, el 4 de marzo de 2022, el gobierno publicó en el DOF un decreto que establece un estímulo sobre el IEPS a combustibles y un estímulo complementario sobre IVA e ISR con la finalidad de proteger el poder adquisitivo de los mexicanos y mantener el precio de las gasolinas estable.

En 2022 el estímulo al IEPS promedio otorgado a la gasolina magna fue del 83.2%, el de la premium del 71% y el del diésel del 90.6%, siendo el diésel el combustible más beneficiado; sin embargo, destaca que durante el cuarto trimestre el estímulo comenzó a disminuir conforme el precio internacional del petróleo se estabilizaba.

Asimismo, el aumento anual promedio en el precio de los energéticos en 2022 fue del 4.7%, menor a la inflación anual promedio en 3.2 puntos porcentuales cumpliendo con el objetivo del Gobierno Federal, no obstante, conseguir este objetivo le generó, al cierre de 2022, una pérdida recaudatoria de aproximadamente 397 mil millones de pesos.

En lo que va de 2023, los estímulos a combustibles han continuado disminuyendo debido a que el precio del petróleo continúa descendiendo por una mayor oferta y la incertidumbre respecto a una desaceleración económica mundial. Para la gasolina magna, el estímulo promedio de la gasolina es del 53.8%, el de la premium del 32.2% y el del diésel del 65.8%, una disminución frente al año anterior.

Para 2023, se estima que el estímulo a combustibles le costaría al gobierno federal aproximadamente 134 mil millones de pesos. Asimismo, cabe destacar que el costo en el que incurría el Gobierno Federal en 2023 al mantener el estímulo es menor al observado en 2022 dado a que el precio de los combustibles es menor, por lo que la diferencia que debe aportar el gobierno para impedir que el precio de los combustibles aumente más que la inflación también es más pequeña.