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Impacto de las plataformas digitales en el mercado laboral de América Latina

En 2019, más de 2 millones de latinoamericanos desempeñaban un trabajo relacionado con alguna plataforma digital.

El cambio tecnológico es un componente que modifica la organización laboral. El auge de internet como una herramienta de la globalización promueve la creación de plataformas digitales que pueden definirse como un enlace virtual entre clientes y prestadores de bienes o servicios.

De acuerdo con datos de la ECAF –encuesta que recolecta información socioeconómica de once países latinoamericanos; entre ellos México— en 2019, aproximadamente 2,068,779 latinoamericanos laboraban en alguna plataforma digital, siendo Bolivia, Perú y Ecuador los países con mayor incidencia del empleo mediante plataformas digitales con un 8.9%, 7.8% y 7.2%, respectivamente, sobre el total de los empleos en dichos países.

Nota: Son usados los datos de 2019 (publicados en 2020) al ser los últimos datos disponibles de la ECAF.

Asimismo, los empleos que provienen de las plataformas digitales pueden subdividirse en dos categorías. La primera clasificación es trabajo “en persona” y hace referencia a tareas cortas que realiza la persona e involucran el traslado y la interacción directa entre el prestador de servicio y el cliente. La segunda es trabajo “en línea” y hace referencia a los trabajos ejecutados a través del ordenador y que no requieren de contacto entre ambos. De los once países que la encuesta recaba información, en 2019 Argentina era el país con el mayor porcentaje de trabajadores de plataformas digitales dentro de la categoría de trabajos en persona con el 93.2%, mientras que en Ecuador predominan los trabajadores de plataformas digitales que desempeñan una tarea en línea. En el caso de México, en 2019, el 15.5% trabajaba en línea, mientras que el 84.5% trabajaba de forma presencial.

Este resultado implica que el avance tecnológico está teniendo un impacto sobre la composición del mercado laboral; sin embargo, dado que varias plataformas carecen de los beneficios de un trabajo formal al incorporar personas en su modelo de trabajo para aumentar su fuerza laboral, se ha cuestionado su beneficio para mejorar la condición de vida de los trabajadores.

Por ejemplo, en el caso de Colombia, el proceso de regulación laboral inició en 2018 al reconocer la figura de trabajador digital. De acuerdo con un reporte de Fedesarrollo de 2020, el 16% de los trabajadores digitales colombianos mencionan que en caso de no existir estas plataformas formarían parte de la población económicamente inactiva y el 38% respondió que consideran estarían desempleados. 

En el contexto mexicano, el proceso va retrasado, no obstante, en 2020 empezó la retención de ISR a los prestadores de servicio de transporte de pasajeros o entrega de alimentos.

Dado que la región latinoamericana apenas ha iniciado su incursión hacia la digitalización de la economía, los estudios reiteran la necesidad de un marco regulatorio claro para estos negocios que, entre otros elementos, contemple el cumplimiento de las relaciones laborales como lo dictan las leyes de cada país para reducir la informalidad en los países latinoamericanos.