Ante un entorno macroeconómico más incierto, en 2022, las expectativas del sector manufacturero y comercial se mantienen a la baja
Los inventarios son la diferencia entre la mercancía producida y las ventas. Si las expectativas de los empresarios son de expansión, su producción aumenta y acumulan inventarios en anticipación a una mayor demanda; mientras que, si pronostican una recesión, la producción y los inventarios disminuyen para mitigar la caída en los ingresos; es decir, las expectativas de los inventarios son un indicador económico procíclico.
En 2020, la pandemia de la COVID-19 provocó dislocaciones en las cadenas productivas acompañadas por una disminución en la demanda de bienes y servicios debido a la imposición de confinamientos que buscaban reducir el riesgo de contagio.
Como consecuencia, el PIB mexicano se contrajo un 8.2% anual, mientras que las expectativas de los inventarios de productos terminados (inventarios del sector manufacturero) y los inventarios de mercancías (inventarios del sector comercial) decrecieron a una tasa anual promedio del 2.6% y 4.6%, respectivamente. En 2021, el PIB creció un 4.8% gracias a la recuperación económica, lo que incentivó que las expectativas de ambos inventarios aumentaran a una tasa anual promedio del 2.6% y 5.3%, respectivamente.
Finalmente, en 2022, al enfrentar la economía mexicana, un entorno de mayor incertidumbre geopolítica, aumentos en las presiones inflacionarias e incrementos en las tasas de interés, la tasa de crecimiento anual promedio de las expectativas de los inventarios moderó su crecimiento al disminuir en 1.9 y 4.1 puntos porcentuales, respecto a las expectativas de 2021, y ser del 0.7% y 1.3%, respectivamente.
* Para 2022, el crecimiento del PIB equivale a la mediana del pronóstico publicado en la Encuesta de Expectativas Privadas de Banxico de diciembre.
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La relación positiva entre el desempeño de la actividad económica y las expectativas de los inventarios es debido a la búsqueda, por parte de los empresarios, de una gestión eficiente de los recursos para una estrategia de producción o comercialización futura. En 2022, los aumentos consecutivos a las tasas de interés, por parte de los bancos centrales para contener la inflación, generaron distorsiones en el desempeño de las actividades económicas.
Entre las consecuencias de aumentar la tasa de interés destacan la disminución en los flujos de inversión, debido al endurecimiento de las condiciones financieras, y la reducción en el consumo, debido a que incentivan el ahorro.
En el caso de las expectativas de los inventarios de mercancías, se percibe una relación negativa entre el consumo y las tasas de interés al ser un indicador que está directamente relacionado con las ventas y las decisiones de gasto de las personas. Sin embargo, en el caso de las expectativas de los inventarios del sector manufacturero, la relación es menos directa y presenta un rezago. Este resultado puede estar influenciado por la presencia de una mayor rigidez en el sector manufacturero que impide la reasignación de recursos inmediatamente, así como de la dependencia del desempeño de la industria manufacturera mexicana respecto a la producción industrial estadounidense.