Se ha encendido la alerta de una nueva ola de COVID-19 en México, ya que, durante 36 días consecutivos, los contagios a nivel nacional se han acelerado y las sub-variantes de Ómicron que han generado nuevas olas de contagio en otros países circulan en el territorio nacional.

FUENTE: Siete17.com

A nivel internacional, se han observado nuevas olas durante los últimos meses. En Portugal, se observó una nueva ola después de la causada por la variante original de Ómicron, la cual se alcanzó aproximadamente 2 meses después por la sub-variante BA.5. La nueva ola alcanzó, en su punto más alto, la mitad de los contagios registrados en el pico de la ola original de Ómicron. Por otro lado, en Sudáfrica se observó una nueva ola a partir del aumento de la sub-variante BA.4. Al igual que en Portugal, la nueva ola representó una fracción de la ola original de Ómicron (una tercera parte de la ola original).


En el caso de México, desde diciembre del año pasado, Ómicron ha sido la variante dominante. A partir de febrero, nuevas sub-variantes comenzaron a brotar en el mundo, comenzando con la BA.2, la cual se transformó en la principal sub-variante a partir de abril. Sin embargo, BA.2 no ha mostrado generar nuevas olas en otros países a diferencia de BA.4 y BA.5, variantes que empiezan a tomar fuerza en territorio nacional desde mayo.


En México, se tienen alrededor de 33 mil casos activos de COVID-19 registrados y durante 36 días consecutivos los nuevos contagios han ido en aumento, ya que, cada persona está contagiando a más de una persona, en promedio. Cabe señalar que a la fecha el nivel de casos no ha alcanzado los niveles máximos de olas previas, sin embargo, de mantenerse el ritmo de crecimiento de casos se alcanzaría el punto máximo de nuevos casos de la primera y segunda ola durante junio.

En cuanto a las defunciones registradas por ola, se destaca que las primeras dos fueron las más letales, ya que, la estrategia de vacunación inició hasta finales de 2021. La cuarta ola (Ómicron) ha sido la menos letal hasta ahora a pesar de que fue la ola con más contagios, lo anterior debido a que más de la mitad de la población contaba con inmunidad por la vacuna o un contagio previo al inicio de la ola y a que dicha variante, si bien era más contagiosa, era menos letal que variantes previas. Para la quinta ola no se ha observado un aumento en las defunciones debido a la inmunidad actual y a la baja letalidad de la variante, no obstante, las defunciones tienen un rezago con respecto a los contagios, por lo que en los próximos días podríamos observar un ligero aumento.

La ola actual de COVID-19, la cual se encuentra en su periodo de crecimiento, se caracteriza por haber iniciado con un menor número de casos activos relativamente a olas de contagio previas y por haber iniciado con una proporción de la población inmune significativamente mayor. Por otro lado, al comparar la ola actual contra la ola de Delta y la última de Ómicron, consideramos los primeros 36 días del inicio de cada ola, la ola actual es 94% menor que la última ola de Ómicron y 10% menor que la ola de Delta. Sin embargo, cabe destacar que la velocidad a la que están creciendo los contagios en la ola actual, medida con la tasa de reproductividad efectiva promedio, es la más alta que se ha registrado en la historia de la pandemia después de la última ola de Ómicron, por lo que se podría observar un aumento significativo en los nuevos casos si no se rompe la cadena de contagios. Finalmente, por el avance en la inmunidad de la población derivada de la estrategia de vacunación y la inmunidad adquirida por contagios, la tasa de mortalidad de la COVID-19 ha disminuido en cada ola. Actualmente, la tasa de mortalidad es la más baja de la historia de la pandemia y es 78% y 96% menor que la observada durante la ola de contagios de Ómicron y Delta, respectivamente.