El pasado lunes 23 de mayo, el presidente estadounidense, Joe Biden, durante su gira por Asia, declaró que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán frente a un ataque por parte de China.

FUENTE: Siete17.com

Cabe recordar que en los últimos meses el presidente de China, Xi Jinping, ha manifestado que la reunificación con Taiwán debe realizarse, y no ha descartado el posible uso de la fuerza para lograrlo. China considera a Taiwán como su provincia rebelde y separatista, a pesar de que la isla de Taiwán ha declarado su independencia y cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea.

Frente a tal apoyo, análogamente a lo observado en Rusia y Ucrania, se esperaría que la comunidad internacional, encabezada por Joe Biden, imponga sanciones comerciales y financieras a la economía china en caso de que decidiera atacar a Taiwán. 

Para poner en contexto, la economía de China es la segunda más grande del mundo, solo menor a la de Estados Unidos, y es equivalente a la suma de las economías de Japón, Alemania, Reino Unido, India y Francia. Frente al comercio internacional, China es el país con el mayor nivel de exportaciones en el mundo, concentrando hasta el 15.8% de las exportaciones globales. 

Considerando como bienes sistémicos aquellos que tienen una presencia mayor al 5% en las exportaciones globales,  dentro de los 21 grupos de bienes establecidos por  The Observatory of Economic Complexity, China es sistémico en 15.  Como se observa en la gráfica a continuación, el grupo de bienes en los cuales China tiene mayor presencia, concentrando el 45% de las exportaciones globales, es en el de los Misceláneos, compuesto por muebles, juguetes, equipo deportivo, decoraciones para fiestas, botones, etc. Asimismo, para las industrias de calzado y sombreros, textiles y pieles de animales, China comprende más del 30% de las exportaciones.

Sin embargo, ¿qué significa ser sistémico y abarcar gran parte del mercado? Que un freno en las exportaciones chinas, generado por posibles sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, no solo perjudicaría a los países importadores de los bienes chinos, sino que se traduciría en una reducción significativa de la cantidad ofertada de los productos en cuestión, a tal grado de ocasionar un impacto sustancial en el precio, como se vio con el gas y el petróleo ruso, por ejemplo. 

A continuación se ilustra cómo solo ocho países concentran la mitad de las exportaciones de los bienes sistémicos chinos, destacando particularmente Estados Unidos con una participación del 17%. Estos países serán los más afectados, pues tendrían un impacto negativo en dos sentidos: aumento en el precio de los bienes y un freno en los bienes sistémicos chinos recibidos. 

No obstante, como se ha visto en conflictos anteriores, el incremento en el precio de los bienes llama la atención para nuevos entrantes y genera que las economías que ya se encontraban produciendo el bien quieran aumentar su producción. Estas reacciones llevarían a la compensación de la oferta y a la estabilidad de los precios. Cabe señalar que la velocidad en la que esta compensación se pueda dar, dependerá de la complejidad para ampliar la producción y distribución de los bienes para cubrir el desabasto y satisfacer la demanda.