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Brechas de la actividad económica respecto a eventos coyunturales

A diciembre de 2022, la actividad económica mexicana se encuentra un 9.6% por debajo de su tendencia que mantenía previo al cambio de gobierno de 2018 y un 2.3% por debajo de su tendencia prepandemia.

En 2022, la tasa de crecimiento anual promedio de la actividad económica, de acuerdo con el Indicador General de la Actividad Económica (IGAE)[1], fue del 2.9%, lo cual representa una disminución en 2.4 puntos porcentuales respecto al crecimiento del año anterior.

En la teoría económica, un hecho coyuntural queda definido como un evento que modifica la tendencia de indicadores macroeconómicos. Entre 2012 y 2022, hay dos hechos coyunturales que incidieron en el desempeño de la actividad económica mexicana: el cambio de gobierno federal en 2018 y la pandemia del COVID-19 en 2020.

Respecto al primero, de acuerdo con el pensamiento de North (1995), las instituciones influyen en la economía a través de la determinación de las normas bajo las cuales se rigen las dinámicas entre los agentes económicos: la sociedad, el gobierno y las empresas. En México la institución política que lo rige es el federalismo democrático, la cual le concede al gobernante la potestad de tomar decisiones en representación de la ciudadanía.

En 2018 inició el sexenio de una nueva administración que involucró un cambio en el partido regente y, por ende, nuevas dinámicas entre los agentes económicos. De acuerdo con Guillermo Woo-Mora (2021), al inicio de la administración, la cancelación del NAIM no solo le generó al país un costo financiero de 459 millones de pesos, sino que tuvo como consecuencia adversa el aumento en la incertidumbre política que incidió en la inversión privada a través de las expectativas empresariales. Al proyectar la tendencia que mantenía la actividad económica mexicana previo al cambio de gobierno, se observa que, a diciembre de 2022, se encuentra un 9.6% por debajo.

El segundo evento coyuntural que modificó la tendencia de la actividad económica mexicana fue la pandemia del COVID-19 que afectó el lado de la oferta a través de disrupciones en las cadenas productivas debido al cese de actividad para disminuir la probabilidad de contagio y a través de la demanda al modificar los patrones de consumo de las personas y disminuir su poder adquisitivo debido a la pérdida masiva de empleos.

En este caso, al proyectar la tendencia que mantenía la actividad económica mexicana prepandemia; es decir, considerando que sí entró en labor el gobierno vigente, pero no sucedió la propagación del virus SARS-CoV-2, se observa que, a diciembre de 2022, se encuentra un 2.3% por debajo.

Al trasladar el análisis a los sectores que componen la actividad económica; el sector terciario (aquel que engloba los servicios y el comercio) resulta el más afectado en ambos escenarios, pues su brecha respecto a la tendencia anterior al cambio de gobierno es del 11.0%, mientras que respecto a la tendencia prepandemia es del 9.6%. El segundo lugar lo ocupa el sector secundario (aquel que engloba la actividad industrial) al presentar una brecha del 8.2% y 4.7%, respectivamente. Finalmente, la brecha del sector primario es del 4.4% y 3.0%, respectivamente.

[1] El IGAE es un indicador mensual que estima el desempeño de la actividad económica; así como de sus subsectores. Para diciembre fue utilizado el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) que es publicado 5 semanas antes que el IGAE.