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Actividad industrial en un contexto de guerra

El Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) nos permite monitorear y seguir la evolución de las actividades secundarias en el país, que se componen por cuatro industrias: la minería, la construcción, el suministro de energía eléctrica, agua y gas, y las industrias manufactureras.

FUENTE: Siete17.com

Considerando que la guerra entre Ucrania y Rusia comenzó durante los últimos días de febrero, generando disrupciones en las cadenas de suministro que utilizan sus bienes sistémicos, se esperaría ver una caída en la actividad industrial durante los meses de marzo y abril. Sin embargo, se muestra que el impacto en México fue casi imperceptible.

Tanto Rusia como Ucrania tienen una alta presencia en el comercio internacional de materias primas, Rusia cuenta con siete bienes de exportación sistémicos (níquel y sus manufacturas, fertilizantes, combustibles y aceites minerales, cereales, madera y artículos de madera, hierro y acero y rieles), considerando como sistémicos aquellos bienes que tienen una presencia mayor al 5% en las exportaciones globales. Lo anterior significa que, la cantidad ofertada de Rusia es tan relevante que un freno en sus exportaciones se traducirá en un incremento en el precio internacional. No obstante, cabe destacar que la expectativa de un precio elevado es de corta duración, debido a que ha incentivado a que los productores existentes quieran incrementar su cantidad ofertada e, inclusive, nuevos participantes en el mercado han aparecido.

Dado que la importación mexicana más importante de Rusia y Ucrania es el metal, resulta relevante observar a la industria de la construcción. A pesar de que en marzo se observó el mayor incremento en el precio de los bienes de exportación sistémicos rusos, como a continuación se muestra, la construcción registró una recuperación en México, frente a una caída importante que se había observado en el mes de febrero.

Para intentar entender lo anterior, es importante notar el comportamiento de la inversión en México. De enero a febrero la inversión en la industria de la construcción registró una caída de 2.2% y para el mes de marzo mostró una recuperación de 4.8% respecto a febrero. Es decir, a pesar de que los precios de la construcción incrementaron, el mercado mexicano se volvió atractivo para invertir, tanto en la industria constructora como en la industria en su totalidad.