En México la tasa de ocupación de las madres es de tan solo el 21.2%. En contraste, en el 2021 las mujeres dedicaron el 63.8% de su tiempo total de trabajo a realizar labores domésticas y de cuidado.

Debido a que la responsabilidad del cuidado de los hijos y el hogar está estigmatizada con la figura femenina, la falta de una persona que apoye a las madres con el cuidado de los hijos reduce la posibilidad de inserción de las mujeres al mercado laboral.

En 2020, la tasa de ocupación de las madres en México era de tan sólo el 21.2%, en promedio; sin embargo, en caso de existir la presencia de un adulto mayor en la vivienda que se hiciera responsable de los menores, la tasa de ocupación aumentaba al 35.3% (un incremento de 14.1 puntos porcentuales), mientras que en caso de ser inexistente esa presencia, la tasa de ocupación era reducida al 18.7% (una disminución de 2.6 puntos porcentuales).

 Los resultados indican una sustitución entre las labores de cuidado de los hijos y la inserción de las mujeres en el mercado laboral; es decir, la brecha de género en el mercado laboral es exacerbada por la maternidad y la falta de un vínculo familiar que sustituya las labores de cuidado dentro del hogar.

Complementando este resultado, los datos de la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares de México indican que, en 2021, prevalece la brecha de género en la distribución de labores domésticas dentro del hogar.

Las mujeres dedicaron 730 millones de horas a proporcionar alimentos en el hogar, 549 a tareas de limpieza y mantenimiento a la vivienda y 346 millones de horas a labores de cuidado y apoyo, mientras que los hombres, para realizar las mismas tareas, dedicaron tan sólo 164, 238 y 113 millones de horas, respectivamente.

 Ambos resultados indican que en México el género continúa fungiendo como una barrera para la inserción de las mujeres en el mercado laboral. Por un lado, las responsabilidades de la crianza de los hijos recaen principalmente sobre las mujeres; por otro lado, la falta de una distribución equitativa de las labores domésticas reduce el tiempo de trabajo disponible de las mujeres y ambas circunstancias impiden que las mujeres obtengan oportunidades de crecimiento profesional y acceso a un sueldo.

Ante este escenario, es necesario que el gobierno mexicano promueva la implementación de políticas públicas que fomenten un reparto de responsabilidades del hogar, dignifiquen las tareas domésticas, fundamentales para el funcionamiento de los hogares, y erradiquen la estigmatización del rol de las mujeres dentro del hogar.