Durante el primer y segundo trimestre de 2022, el PIB real de Estados Unidos presentó una contracción del 1.6% y 0.9% respectivamente, ligando dos caídas consecutivas, lo cual incrementa el riesgo de una futura recesión.
Acorde al Bureau of Economic Analysis (BEA), para el segundo trimestre de 2022, la economía de Estados Unidos se contrajo en -0.9% respecto al mismo trimestre del año anterior, ligando así, dos trimestres consecutivos con caídas en su Producto Interno Bruto.
Si bien en algunos países europeos dos trimestres consecutivos con caídas en el PIB son suficientes para considerar una situación de recesión, en Estados Unidos, acorde al National Bureau of Economic Research (NBER), se define una recesión como una caída significativa a lo largo de toda la economía con una duración de varios meses normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y en las ventas al por mayor y al por menor.
Dada la interdependencia comercial entre ambos países, una recesión en Estados Unidos tendría efectos negativos sobre la economía mexicana, ya que en las últimas dos recesiones (2009 y 2020) la caída del PIB estadounidense, repercutió en una caída aún mayor para México.
La contracción del PIB de Estados Unidos durante el primer trimestre ocurrió a causa de un desajuste de la balanza comercial, ya que las exportaciones cayeron un -4.8% y las importaciones incrementaron un 18.9%. Esto se tradujo en un incremento positivo para la economía mexicana debido a que, un alto porcentaje de las importaciones de Estados Unidos provienen de México.
La caída del PIB en Estados Unidos durante el segundo trimestre del año ocurrió por una contracción en la inversión privada nacional del -13.5% y una contracción del consumo gubernamental.
La alta inflación y alzas en las tasas de interés ocasionan que el consumo disminuya tanto para productos nacionales como para productos extranjeros, lo cual se traduciría en una caída en las exportaciones mexicanas.