El calentamiento global es una de las principales preocupaciones en el mundo debido al impacto ambiental, social y económico que genera. En el Acuerdo de París, en el cual México y otros 195 son parte, se convino la promoción de esfuerzos adicionales para que el calentamiento global no supere los 1.5 grados Celsius. Sin embargo, los resultados no han sido los deseados.

Como se observa a continuación, en México, durante el mes de mayo de 2022, se alcanzó una temperatura máxima de 31.2 °C, 2.0 grados mayor a la observada en mayo de 2021 y 1.30 grados mayor a la temperatura máxima observada durante todo el 2021.

Si se analiza el crecimiento de la temperatura tomando como base el año 2000, el primer año del siglo, se observa que desde el 2013, los únicos meses que presentan una temperatura más baja que las registradas en 2000 son noviembre y enero. Es decir, las temporadas de frío son más crudas que al inicio del siglo, también como consecuencia del cambio climático.

El clima en la Tierra depende de la radiación solar y de su interacción con la atmósfera, la superficie terrestre, los océanos y el resto de las capas de agua, nieve y hielo. La Tierra recibe la radiación social y, a su vez, desprende calor. Parte de ese calor se queda atrapado gracias a los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera.

El efecto invernadero es fundamental para la vida porque de otro modo el planeta sería demasiado frío. Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O) y el metano (CH4).

En el 2022 México emitió 357 millones de toneladas de COa la atmósfera, 18% menos que durante el 2019, ligado al freno de la actividad económica debido a la pandemia de la COVID.

Debido a la acción de las personas, a los sistemas de producción y el consumo de energía a partir de la Revolución Industrial, la concentración de esos gases en la atmósfera ha crecido considerablemente. Y, a mayor concentración de CO2, más calor se queda atrapado dentro de la atmósfera terrestre. El mayor impulsor de ese calentamiento global es el CO2 y está ligado fundamentalmente a la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas).

En México, los impuestos ambientales a los energéticos, a la contaminación y al transporte han variado significativamente a lo largo de los años, con caídas significativas en el 2008 y el 2012. Para el 2020, la recaudación de los impuestos ambientales fue de 1.43% del PIB, 0.66 puntos porcentuales por debajo de lo recaudado por el promedio de los países de la OCDE.

Para frenar el cambio climático y el incremento en la temperatura del país es necesario aplicar políticas que desincentiven y castiguen la emisión de gases de efecto invernadero y fomenten alternativas amigables con el medio ambiente.