Se estima que la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank no incida sobre el sistema financiero mexicano, a pesar de que son el segundo y tercer banco más grande de Estados Unidos en colapsar.

El viernes 10 de marzo las autoridades regulatorias estadounidenses decidieron clausurar a Silicon Valley Bank (SVB), y el domingo 12 a Signature Bank. Dichos bancos eran el 16º y 19º banco más grandes de Estados Unidos, respectivamente, y  tenían presencia en distintos países, lo que ha causado nuevos temores de un colapso financiero a gran escala, afectando la cotización bursátil del sistema bancario.

El cierre de SBV y Signature Bank, encendió las alarmas de las autoridades estadounidenses, quienes rápidamente reaccionaron para evitar una mayor catástrofe financiera, anunciando un respaldo financiero de 25 mil millones de dólares para proteger a los clientes del banco que no pudieron retirar su dinero y evitar un mayor pánico.

¿Por qué sucedió el colapso bancario?

El colapso de SVB se derivó de una corrida bancaria (usuarios retiran su dinero del banco hasta que este es insolvente) provocada por una pérdida del banco de 1,800 millones de dólares a causa de los recientes aumentos en la tasa de interés por parte de la FED.

La pérdida millonaria de SVB sucedió, ya que la mayor parte de su cartera se encontraba en bonos de la tesorería a largo plazo y títulos hipotecarios con rendimientos fijos a largo plazo, ambos instrumentos financieros que pierden valor con el aumento de tasas de corto plazo.

Cabe destacar, que SBV fue el segundo banco estadounidense más grande en colapsar, solo después de Washington Mutual, que quebró durante la crisis financiera de 2008. Además, por condiciones similares a las de SBV quebró también el Signature Bank, el cual ha sido el tercero más grande en la historia de estadounidense en quebrar, con un valor de activos por 110 mil millones de dólares.

¿Cómo podría afectar esta situación a México?

Se estima que la situación actual no incida sobre México, como ha sucedido en momentos similares como la crisis financiera de 2008-2009, en la cual el pánico financiero generó una crisis global que derivó en una contracción del PIB real para México de 7.8%.

Lo anterior se debe a que a partir de dicha crisis, el país ha implementado diversas medidas para blindar su sistema bancario, como la regulación más estricta en términos de reservas y capitalización, así como la implementación de pruebas de estrés para detectar oportunamente riesgos bancarios.

Derivado de dichas medidas, actualmente ningún banco que opera en México se encuentra en una situación similar a la que atravesó SVB y Signature Bank. Adicionalmente, el colapso de los bancos estadounidenses no incide sobre México a través de las empresas mexicanas con depósitos en dichos bancos, ya que el gobierno estadounidense se encargará de proteger los recursos de los clientes.

Por otro lado, se espera que los recientes acontecimientos tengan un efecto en el país a través de la política monetaria de la FED. Ya que, el pasado jueves 2 de marzo, Jerome Powell, presidente de la FED, mandó la señal de que se mantendrá una política firme para contrarrestar la inflación; sin embargo, tras lo sucedido a SBV y Signature Bank es probable que nos encontremos ante una política monetaria más laxa, por lo que se esperan menores aumentos en la tasa de interés, lo cual podría disminuir presiones en las decisiones de Banxico y beneficiar al peso mexicano.

De acuerdo con la CME, el 6 de marzo de 2023, antes del colapso de SBV y Signature Bank, la probabilidad de que la tasa de interés estadounidense aumentara en 50 puntos base (p.b.) era del 31.4% y no se consideraba probable que la tasa de interés permaneciera sin cambios; no obstante, al 13 de marzo de 2023, después de la caída de los bancos, se ve como improbable un aumento de 50 p.b. y, en contraste, se ve probable que la tasa de interés permanezca sin cambios.